Peregrinaje-(13 de ....)



Recuperada la armadura nos dirigimos hacia tierras cangrejo. La diferencia en los caminos imperiales se hizo más que ostensible, de la cuidada calzada de tierras grulla a la “rustica” forma del cangrejo, la necesidad obligaba.



Una de las cosas que más me llamó la atención acerca de las tierras cangrejo fueron sus costumbres. Kisada nos contaba los castigos aplicados por deshonra y por faltas “leves”. La asignación de criminales a la vigilancia de la muralla, reservando las penas de muerte para casos muy muy concretos, toda vida era útil en la defensa del imperio.



La lección no terminó solo ahí pues entrando en un bar comprobamos otra de las famosas habilidades sociales de los habitantes de ese noble clan. En la sala samurais y campesinos compartían un licor, demasiado fuerte para mi he de añadir, como compañeros y como compañeros nos increparon al igual que al hombre que no reconocían pero parecía de su clan.



Tres enfrentamientos tuvieron que solucionarse en el exterior por la insistencia de los cangrejo. El primero el de Jubei se saldó sin siquiera moverse. En una posición que solo le había visto adoptar durante los ejercicios matinales se quedó quieto ante su rival, que parecía no poder atacarle para segundos después reconocer su valía y entrar a tomar algo con él.

Mi contrincante duró algo menos, un impacto en la mandíbula, puede que un poco desproporcionado, le desgarró la quijada dejándolo en el suelo maltrecho.

El contrincante del dragón fué el más duro de pelar, continuando el combate cuando el resto ya habíamos entrado en repartiéndose ambos una buena tunda de golpes antes de reunirse en la cantina con nosotros.



Los que primero entramos vimos a un Kisada charlando amigablemente con 6 samurais, 3 de los cuales apoyaban sus cabezas en la mesa, al vernos entrar con un pequeño toque apartó de las sillas a los hombres inconscientes y nos cedió sitio para que nos uniéramos a ellos y así poder continuar bebiendo con sus nuevos amigos.



En ese ambiente a Sanetomo le sentó algo mal, posiblemente algo de la comida pues muchos de los presentes tenían similares síntomas, un estado de mareo, visión borrosa, síntomas de carácter psicológicos como exaltación de la amistad y una falta de la percepción a considerar. Instantes después cayó sobre la mesa inconsciente.

Traté de llevarle a la habitación arrastrándole lo lo que pareció no agradar a los cangrejo que me lo impidieron de forma muy brusca y tras unas palabras un tanto subidas de tono volvieron a dejarle sobre la mesa, descansando.



El viaje prosiguió hasta llegar a la inmensa fortaleza, aquella que refleja todo el poderío del cangrejo, el castillo Hida. En sus torres las cabezas de dos enormes Oni empaladas por sendas lanzas sirven de advertencia para cualquiera que pretenda enfrentarse a dicho clan.

Los guardias se mostraron muy recelosos ante la presencia de extraños preguntando el motivo que nos llevaba hasta allí y muy especialmente quien era el samurai de su clan, dado que no le conocían. Cuando supieron su nombre la tensión empezó a crecer en la zona, un par de vigías nos apuntaban desde la torre y los custodios de la puerta acusaban a Kisada de mentir, puesto que el hombre que afirmaba ser había muerto hacía años. El firme en su intención pidió ver a Kuon, su nieto, el actual campeón del clan.



Nuevamente la hospitalidad cangrejo me sorprendió por segunda vez. Los guardias nos hicieron esperar al sol, lejos de la puerta y como no, a tiro de las flechas de sus compañeros. Uno de los vigilantes de la puerta entró para preguntar a su señor, por el paso que llevaba pudimos saber dos cosas, la primera que no tenía prisa y la segunda que no creía lo que le había dicho Kisada. Un buen rato esperamos allí, el calor era ya importante cuando volvimos a oír movimiento dentro.



El samurai que había marchado volvía ahora mucho más de prisa que antes, antes de llegar a la puerta redujo su ritmo caminando de forma normal y se dirigió a sus compañeros. Lo que les dijo les dejó tremendamente sorprendidos.



- Kuon os recibirá, seguidnos.



Recorrimos toda el recinto con una “amable” comitiva de guardias hasta una gran sala en la que, al fondo nos esperaba una musculada figura, en pié con un imponente Tetsubo colgando de su mano derecha. Nos acercábamos con Kisada al frente del grupo hacia aquel hombre, el actual campeón de clan, que desde su posición miraba con una considerable sorpresa a la par que mantenía perfectamente la compostura.



Las conversaciones privadas entre abuelo y nieto las dejaré entre ellos y relataré solo lo importante. Al poco de comenzar a hablar Kuon se arrodilló elevando sobre su cabeza el Tetsubo sujeto por ambas manso, ofreciéndoselo a su abuelo junto con el puesto de campeón, el cual con gran elegancia rechazó.



Un último hecho destacable, las diferencias de planteamiento frente a la cortesía y la etiqueta en los diferentes clanes, mentiras muy bien adornadas de las que solo unos pocos son conscientes, normalmente solo aquellos que no estamos embotados por el ambiente. Terminada la conversación entre las dos grandes personalidades se nos ofreció alojamiento hasta el momento en que nos dispusiéramos a marchar con Kisada en busca de Iuchiban, como era su intención o cualquier otro propósito. En ese instante dando ya por zanjada la conversación traté de preguntar por los manchados, aquellos que luchaban con el cangrejo limpiando a su vez la mancha que les marcaba, como en su momento hiciera la campeona de la mantis Yoritomo Kumiko.



Por alguna extraña razón mi forma de hablar, mi sinceridad o puede que simplemente la felicidad que irradiaba mi presencia irritaba por igual a los samurais de cualquier clan. Esta vez vi como uno de los más grandes de toda la historia se abalanzaba sobre mi con mucha rapidez, demasiada como para poder apartarme. Cerrando los ojos esperando el tremendo golpe solo noté un pequeño contacto, como el de una tímida caricia que tapaba mi boca, como más de la mitad de mi cabeza, con su palma indicándome con sus penetrantes ojos que me callara, cosa que por supuesto hice de inmediato.



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